Dos como uno

Eres el fuego que quema y enciende mis instintos,
que desgarra las entrañas ardiendo de pasión,
provocas que la sangre se me agolpe en las venas
hipnotice los sentidos perdiendo la razón.

Y no quisiera más nada que ahogarme en tu cuerpo,
llenarte de caricias, beber de tu corazón,
sentir que tu esencia cauteriza las heridas
libera las querellas que formaban mi prisión.

Quisiera ser río que recorre tus delirios,
arrastrarte en el alma perdiéndote conmigo,
navegar fundidos como ráfagas solares
y dejar en el camino momentos fugaces.

Que cada vivaz gota que explore tus sentidos
sea la misma que fiel alimente mis latidos,
que tu piel se evapore aniquilando fronteras,
que la mía vuele y nuestros besos sean eternos.

Nuestros suspiros como llamaradas se palpen,
que floten y constantes formen nubes de otoño,
para que con un suave viento, cual hojas caiga
aquello que anhelaba de nuestro amor destierro.

Y nada más aún hermoso que los dos como uno,
dos piélagos de lluvia hendidos de un mismo cielo,
dos caminos que se guiaban sin algún destino,
dos sentimientos desnudos en un alma unidos.

Autor: Héctor LH

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