Te miro, me miras...

Te miro, me miras, y sonreímos...
y pregunto ¿qué pensará ella?
¿pensará quizá que pensaré yo?
o nuestras mentes tan sólo vagan.

Te escucho, me escuchas, y con ello
acurrucamos nuestras angustias,
reconciliamos nuestros enojos
y compartimos nuestras auroras.

Te abrazo, me abrazas, y dejamos
que pase el tiempo con su falacia
viviendo la dicha de ser uno,
una conjunción de dos esencias.

Te acaricio, me acaricias, y ambos
sentimos el corazón y su alma
en las manos, trepidante y quieto,
anhelante y sereno como olas.

Te beso, me besas, y rodeamos
nuestras vivencias de una ternura,
pasión y dicha que libamos
de un amor que va aprendiendo a volar...

Porque te amo y me amas, luego todo
lo que nos impregna es llana albura,
porque cuando se ama, hasta lo negro
pinta con el sentir de dos almas.

Héctor LH

¿Te busqué?
¿Me buscaste?
Sin embargo
estamos juntos.

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